Todos podemos sufrir ansiedad en un momento determinado, porque vivimos situaciones en nuestra vida que nos sobrepasan, un fallecimiento de un ser querido, acumulación de trabajo, un gasto económico no previsto, una discusión… estas situaciones además de generarnos emociones tales como la rabia, tristeza o el dolor, también son potencialmente evocadoras de ansiedad y es normal.
Sin embargo, cuando el estado de ansiedad es recurrente y nos limita para funcionar en nuestra vida cotidiana, necesitamos aprender a gestionarlo para continuar.
En AC estudiamos cada caso para averiguar las condiciones que disparan la ansiedad y entrenamos a la persona en el manejo de los síntomas y en la gestión de aquellas condiciones que facilitan que se erradique el problema.